¿Tenían nuestros ancestros de hace 12.000 años poderes que hoy consideramos sobrenaturales? En este libro se insinúa, sin decirlo de forma abierta, pero los indicios y la lógica indican que  las y los tatarabuelos que pintaron el arte rupestre eran personas dotadas de facultades cerebrales hoy desconocidas. Dice el librito que reseñamos:

“No sabemos hasta dónde habrán desarrollado el cerebro y llegado con su memoria asociativa y sus capacidades sensoriales. En 300.000 años de evolución mental ¿qué capacidades podrán haber alcanzado, los que quedan y sobretodo los que se han ido hace 9.000 años, que nunca entendamos? 

Su cultura es abstracta, virtual, cerebral, sin necesidad de plasmarla en deficientes periféricos y soportes físicos, como libros o dispositivos digitales. Su ordenador es neuronal. Está en su cabeza. 

Son felices y alegres. Dedican su tiempo a escuchar y hablar, mujeres, hombres, niños, ancianos, jóvenes, todos juntos. A cultivar la transmisión oral del conocimiento. A cantar y a bailar. A decorar su cuerpo, esbelto y musculoso. A preparar y tallar herramientas –que no armas– decoradas. Antes del acoso neolítico, pintaban paredes pétreas y esculpían primorosas obras de arte en el marfil y en las astas. Dibujaban a los seres vivos cuya energía asimilaban con reverencia. 

¿A qué nivel intelectual llegaron los magdalenienses que decoraron la cueva española de Altamira, hace 15.000 años? ¿Cuál no tendrían los que hace 30.000 años animaron las paredes de la gruta francesa de Chauvet?”

 

NOTA: Esta entrada es un extracto del libro: “DESCUBRIR LO LIBRE. Cómo se desveló el Paleolítico y la evolución de la vida”. Autor: B. Varillas. Madrid, marzo de 2022. 174 pp. 12×18,5 cm. Distribución: www.elcarabo.com  (Adquiérelo; ayuda al autor a continuar esta obra. Gracias. Nota: parte de este libro se publicó como adelanto en el tomo La Estirpe de los Libres en 2018. El que tenga ese tomo, sepa que éste actualiza el mismo).